Cada 16 de octubre desde el año 1979 se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, Una celebración promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el claro objetivo de disminuir el hambre en el mundo, propósito que también busca la Agenda 2030 con su meta de hambre cero.
2020: Cultivar, nutrir, preservar. Juntos
Este año 2020 se hace un llamamiento mundial a la solidaridad para conseguir que los alimentos saludables lleguen a todos los rincones del planeta, especialmente a los lugares más desfavorecidos y que han resultado más dañados por la crisis del COVID-19.
También se quiere hacer un homenaje a los #HéroesdelaAlimentación de todo el mundo que plantan, cultivan, pescan o transportan los alimentos. Por ello, el lema de 2020 es “Cultivar, nutrir, preservar. Juntos”.
Héroes de la Alimentación
2019: Alimentación sana para un mundo con Hambre Cero
En 2019, la FAO no solo contempló seguir apostando por un mundo donde todos tengamos acceso a la comida, sino que además agrega que esa comida sea realmente saludable y cubra los requerimientos del organismo según la edad de la persona. Por eso el eslogan de la campaña 2019 es “Una alimentación sana para un mundo #HambreCero“.
¿Por qué exigir una alimentación más sana?
Según los datos de la misma FAO, se estima que en el mundo 672 millonesde adultos y 124 millones de menores son obesos y 40 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso.
Esto se debe principalmente a un cambio en la dieta de las personas, sobre todo de aquellas que residen en las ciudades. El estudio de la FAO demuestra que en los últimos años la comida rápida ha desplazado en gran medida a la comida del hogar y no solo eso, también ha sustituido ingredientes importantes como frutas y verduras, por harina, azúcar, grasas y sal.
Esta realidad, sumada al sedentarismo propio de las profesiones disponibles en las grandes ciudades ha traído como consecuencia que la mala alimentación sea la principal causa de muerte y discapacidad en la actualidad.
Pero, el problema del cambio de dieta no solo afecta la salud del ser humano, también está trayendo graves consecuencias al medio ambiente. A lo largo de la historia el hombre se ha alimentado de 6000 plantas aproximadamente, pero el cambio en los hábitos alimenticios sumado a la prioridad que tienen los cereales en el mercado actual, ha reducido la biodiversidad de plantas logrando que solo 9 ya representen el 66% de la producción total de cultivos en todo el planeta.
Todos los años se defienden a animales en peligro de extinción, pero la dieta de los países ha erradicado de la faz de la tierra una amplia cantidad de plantas que al no ser cultivadas y tratadas como malas hierbas, simplemente dejaron de existir.
¿Cómo llevar una alimentación sana?
Lo primero es apostar por las comidas hechas en casa y ayudar a los productores locales a seguir generando vegetales, frutas y verduras, realmente ricas en vitaminas y minerales.
Además debemos es elegir alimentos más saludables para los niños, sustituir una torta de chocolate por galletas de avena y pasas o simplemente darles chocolate negro el cual brinda muchos beneficios al organismo.
También se debe ampliar la gama de frutas y vegetales que conocemos, para ir descubriendo otras plantas que también aportan nutrientes al organismo. Por último, es imprescindible disminuir el uso de aceite y sal en la cocina, además de tener una rutina de ejercicios diarios.
¿Qué puedes hacer para celebrar el Día Mundial de la Alimentación?
La FAO organiza cada año algunas actividades, una de las cuáles es un concurso de carteles para niños de 5 a 19 años. Como premio para los 3 ganadores habrá una bolsa de regalo sorpresa y el reconocimiento oficial. Tienes toda la información sobre el concurso aquí.
Puedes realizar una comida en casa con amigos, donde todo el mundo lleve ingredientes sanos y frescos.
También puedes asistir a charlas de fitoterapia, dado que estas personas cuentan con el conocimiento necesario para indicarte que plantas, frutas, semillas o vegetales, te pueden ayudar a sobrellevar una enfermedad o malestar momentáneo.