Los restos que un hombre llevaba en su “diablito” en calles del Centro Histórico de la CDMX eran de menores de edad y mazahuas que estaban desaparecidos desde el martes 27 de octubre.
Los menores de edad fueron identificados como Alan Yahir y Héctor Efraín, de 12 y 14 años de edad. Al niño y al adolescente se les vió por última vez en las calles Donceles y Allende, en el Centro de la CDMX.
Los menores de edad y sus padres habitaban en una vecindad ubicada en la calle Pensador Mexicano; fueron los padres quienes identificaron los restos de sus hijos este 3 de noviembre.
Detenido por transportar restos humanos en un “diablito”
La madrugada del domingo 1 de noviembre fue detenido un hombre en calles de la colonia Centro de la CDMX cuando transportaba en un “diablito” restos humanos en bolsas de plástico y cajas de plástico.
De acuerdo con los reportes, la aprehensión se dio cuando el sujeto empujaba el “diablo de carga” por la calle Belisario Domínguez y se le cayeron las bolsas negras.Recomendamos:
Una de las bolsas se rasgó y elementos de la policía de la CDMX se acercaron para ayudar al hombre, pero al levantar las bolsas, se dieron cuenta de que contenían “carne muy blanca”.
Cuando se dio el hallazgo, el sujeto detenido Édgar “N”, de 39 años, aseguró que no sabía qué contenían las bolsas y que le habían pagado “dos gramos de coca”, por ir a tirarlas.
De acuerdo con Radio Fórmula, cuando desaparecieron los menores de edad los padres de Héctor Efraín le llamaron a su teléfono celular, y le respondió un hombre desconocido, quien solo dijo, “bueno”, y luego colgó.
Los adolescentes al parecer vendían dulces
En su columna titulada “Los niños descuartizados del Centro”, Héctor de Mauleón señala que aparentemente, los adolescentes se dedicaban a la venta de dulces.
Cuenta que el día de su desaparición, hubo una ejecución en la esquina de Santa Veracruz y Eje Central, donde murió Juan Miguel García Salas, El Rata, de 18 años de edad.
Ese sujeto había sido parte de la Unión Tepito y hace dos meses se había pasado al grupo conocido como la Anti Unión, dedicado a la extorsión. Según los comerciantes del Centro “echaba mano de niños y adolescentes para que realizaran los cobros”, indica De Mauleón.
El columnista da cuenta de que hace dos años, un adolescente que vivía en la calle Pensador Mexicano, apareció descuartizado. Se llamaba José Francisco de Jesús Oropeza, alias “el Manchas” y vivía en la misma vecindad en la que habitaba uno de los adolescentes de la comunidad mazahua desaparecidos el pasado 27 de octubre.