Hasta el 40% de la selva amazónica podría transformarse en sabana antes del fin del siglo, por la falta de lluvias causada por las emisiones de gas con efecto invernadero, según indica un estudio.
Las selvas son muy sensibles a los cambios de regímenes lluviosos en largos períodos, pues la falta de agua mata a los árboles.
El fenómeno tiene consecuencias, con la pérdida de los ecosistemas tropicales y una capacidad menor para absorber las emisiones de gas con efecto invernadero de origen humano.
Un equipo de científicos europeos utilizó los últimos datos atmosféricos disponibles para simular la reacción de las selvas húmedas al cambio de régimen de lluvias.
Y en especial simular las consecuencias de la continuación del uso de combustibles fósiles hasta el final del siglo.
Además, calcularon que las lluvias en la Amazonia son ya tan bajas que hasta el 40% de su selva podría transformarse en sistema de praderas, de acuerdo con el estudio del Stockholm Resilience Centre.
Por su parte, la autora principal, Arie Staal, subrayó que las selvas húmedas crean normalmente sus propias precipitaciones por evaporación, beneficiando el crecimiento de los árboles.
Cuando la selva disminuye, hay menos lluvias, lo que causa sequía, más incendios y pérdida de árboles: es un círculo vicioso”, señaló Arie Staal.
Además de la cuenca amazónica, el estudio establece que la cuenca del Congo también puede transformarse en sabana.
Comprendemos ahora que las selvas húmedas en todos los continentes son muy sensibles a los cambios globales y pueden rápidamente perder su capacidad de adaptación”, indicó Ingo Fetzer, del Stockholm Resilience Centre.