El Gobierno del presidente interino de Perú, Manuel Merino, se tambaleaba el domingo tras la dimisión de más de la mitad del gabinete de ministros y una ola de reclamos para que renuncie al cargo luego de una noche de manifestaciones que dejó al menos dos muertos y centenares de heridos.
Las víctimas, las primeras desde el inicio de las protestas tras la destitución el lunes del presidente Martín Vizcarra por denuncias de corrupción, habían participado en la manifestación del sábado que terminó en choques con la policía en el centro de Lima, según fuentes médicas y sus familiares.
Tras las muertes, al menos 11 de los 18 ministros anunciaron de forma separada -algunos por Twitter- su renuncia al gabinete, entre ellos los encargados de las carteras de Justicia, Interior, Comercio Exterior y Energía y Minas.
En tanto, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, que reúne a las autoridades del interior del país, difundió un comunicado por Twitter “exigiendo la renuncia inmediata del señor Merino, responsable político de los hechos de violencia”.
La protesta del sábado era pacífica, pero en la noche algunos manifestantes encapuchados que buscaban ingresar a una avenida en el centro de Lima que conduce al Congreso comenzaron a lanzar piedras y bombardas contra una barrera de la policía, que respondió con bombas lacrimógenas.
La estatal EsSalud informó en un comunicado la muerte de dos jóvenes “por heridas de proyectil de arma de fuego” y el ministerio de Salud dijo que 63 personas se encontraban hospitalizadas por golpes e inhalación de gases tóxicos. Nueve presentaban heridas de bala, refirió.
La abogada de la local Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Mar Pérez, dijo por su parte que tienen registrados 102 heridos y que al menos 41 personas estaban desaparecidas.
El presidente del Congreso, Luis Valdéz, solicitó la renuncia de Merino, un pedido al que se sumaron figuras políticas como el alcalde de Lima y algunos posibles candidatos presidenciales.
Valdéz, del partido de centroderecha Alianza por el Progreso, convocó a una junta de representantes de los partidos con representación en el Congreso unicameral para proponer la inmediata renuncia de Merino y una salida constitucional de la crisis.
“El presidente Merino debería presentar su renuncia”, dijo Valdéz en la madrugada del domingo a la cadena local América Televisión, agregando que no se puede ignorar el clamor de la población manifestado en las protestas.
El primer ministro, Ántero Flores-Aráoz, afirmó después en una entrevista con la radio RPP que estaba intentando hablar con el presidente Merino, pero que no lograba dar con él.
“Si el presidente de la República se va por supuesto que me voy con él, pero yo al presidente de la República, que le debo respeto, consideración y lealtad, no puedo dejarlo solo”, dijo.
BOMBARDAS Y GASES
Más temprano, Flores-Aráoz había dicho que la destitución de Vizcarra fue legal. “Aquí hubo un cambio constitucional”, manifestó tras alegar que el Congreso usó la facultad de declarar la vacancia en medio de denuncias de corrupción.
Merino, miembro del partido de centroderecha Acción Popular y que había sido presidente del Congreso, prometió al asumir el cargo respetar las elecciones generales, programadas para el 11 de abril.
Las protestas comenzaron el lunes cuando el Congreso destituyó a Vizcarra. El sábado, al menos 5.000 personas marcharon en Lima con banderas, carteles y cánticos como “y va caer, y va caer, Merino va a caer”.
La policía utilizó gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar la protesta y organismos internacionales de derechos humanos han denunciado el “uso excesivo” de la fuerza.
“La marcha no es para que regrese Vizcarra, es estrictamente en contra de Merino. Nosotros estamos cansados de la corrupción, de los políticos de siempre que se reparten e imponen sus intereses personales”, dijo César Anchante, un egresado de la Universidad de Lima, que participó en las manifestaciones.
Perú, el segundo mayor productor mundial de cobre y que atraviesa una profunda crisis económica por la pandemia de coronavirus, ha transitado por constantes escándalos de corrupción que han llevado a tres expresidentes a prisión preventiva y otro al suicido en las últimas dos décadas.
Con información de Reuters