Alaska está programada para finalizar 2019 con un alza en la temperatura promedio de calor, después de un año de extremos que van desde un sofocante verano e incendios forestales desenfrenados, hasta la desaparición del hielo marino y las lluvias de invierno donde las fuertes nevadas fueron la norma.
La vida silvestre también sufrió el caos climático en el estado, con muertes masivas de aves y mamíferos marinos, en una lucha por hacer frente a la agitación ecológica.
La agitación es parte de un patrón de calentamiento rápido en el que Alaska, en la vanguardia del cambio climático debido a su proximidad al Ártico, se calienta al doble de la tasa del planeta en su conjunto, dicen los investigadores.
“Incluso con la ola de frío actual, no veo ninguna manera de que 2019 no sea el año más cálido registrado”, dijo el jueves Brian Brettschneider, climatólogo del Centro Internacional de Investigación del Ártico de la Universidad de Alaska en Fairbanks.
“¿Cada año será tan cálido como este? No. Pero la escalera mecánica está subiendo”, aludió Rick Thoman, científico del Centro de Evaluación y Política Climática de Alaska de la universidad.
El año más cálido registrado en Alaska fue 2016, cuando las temperaturas anuales promediaron 32.5 grados Fahrenheit, o un poco más de 0 Celsius. Esa fue la primera vez que el punto de referencia se arrastró por encima del punto de congelación, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Para 2019, el promedio estatal hasta noviembre fue de 34.5 grados, un máximo del año hasta la fecha que supera casi un siglo de mantenimiento de registros.
Con información de Voa Noticias