Un 87% de la población de 18 años en adelante se considera insegura en San Luis Potosí, esto según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), que fue realizada en el mes de Marzo del presente año. Y por si fuera poco, nos colocamos en la decimotercera posición a nivel nacional como ciudad insegura.
El presidente de la Comisión de Justicia del Congreso del Estado, Rubén Guajardo Barrera, también apunta que de Diciembre a Marzo cambió significativamente la percepción sobre este fenómeno, pues en el último mes del año pasado, los potosinos se sentían intranquilos en un 81.2 por ciento.
“Hoy, estas cifras siguen demostrando la incapacidad del Estado y de las autoridades para recuperar la paz social, nuestra fuerza policiaca no se ha incrementado, la violencia no deja de crecer y hasta ha mirado a otros rubros, la impunidad sigue siendo parte de esta crisis social en que nos encontramos, además de que el sistema judicial no es el más funcional”.
En su gran mayoría, los potosinos se sienten inseguros en los cajeros automáticos localizados en vía pública, en el transporte público, en el banco, en las calles que habitualmente usa, mercados, carreteras, parques recreativos, centros comerciales, automóviles, en el trabajo, escuelas y hasta en su casa, según el diagnóstico que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI.
El legislador del Partido Acción Nacional, PAN, lamenta que la escalada de miedo entre la población vaya en aumento y que seamos de las entidades más preocupadas por este fenómeno, puesto que según la ENSU, la sensación que se tiene obedece a que han sido testigos de conductas delictivas o antisociales en el entorno en que nos desenvolvemos, incluso se reporta que por ello, los potosinos han tenido que cambiar sus rutinas o hábitos para no convertirse en víctimas de la criminalidad.
Durante el primer trimestre del año, se reveló que la población escuchó conductas delictivas o antisociales alrededor de su vivienda, como el consumo de alcohol en las calles, robos o asaltos, vandalismo en las viviendas, negocios, venta y consumo de drogas, disparos frecuentes con armas, bandas violentas, pandillerismo, robo o venta ilegal de gasolina o diesel y por primera vez se atestigua la existencia de tomas irregulares de luz -los conocidos diablitos-.
“Hacemos un llamado para salir de esta zona de inseguridad y violencia en que nos han catapultado, aunque el momento de contingencia sanitaria en que nos encontramos apunta a que la criminalidad no cesará, pues esta comprobado que las catástrofes impulsan a las acciones delictivas. Es por esto que nos encontramos ante un reto titánico, en el que desde el Congreso del Estado, podemos colaborar con leyes que ayuden a disminuir esta problemática que sigue siendo el principal reflejo de trabajo de sus autoridades”, finalizó.